Escrito por:
Juliana Llano Loaiza, líder servicio farmacéutico y
Fernando García, químico farmacéutico de apoyo de la Clínica San Rafael
Fecha: 27/02/2023
La anemia es una afección en la que el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina dentro de estos es menor de lo normal. La hemoglobina es necesaria para transportar oxígeno y si una persona tiene muy pocos glóbulos rojos, si estos son anómalos o no hay suficiente hemoglobina, ello disminuirá la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a los tejidos del organismo. Esto se manifiesta por síntomas como fatiga, debilidad, mareos y dificultad para respirar, entre otros.
La anemia, causada en la mayoría de los países de la región Latinoamericana por una deficiencia en calidad o en cantidad de hierro en la dieta, es la carencia nutricional más frecuente, afectando a un 34% de la población mundial, de las cuales un 80% viven en los países en vías de desarrollo. En estos países, se estima que entre 30 y 40% de los niños más jóvenes y las mujeres premenopáusicas están afectados por la deficiencia de hierro, llegando a valores de hasta un 80% en algunas poblaciones infantiles de Latinoamérica, mientras que en los países desarrollados su prevalencia es de un 10% o inferior a dicho valor.
Dado el aumento del uso del hierro parenteral en los pacientes atendidos en nuestro servicio de oncología, se pretende indicar algunas consideraciones para que estos y el personal asistencial las tengan en cuenta al momento de iniciar el tratamiento de hierro parenteral y se minimicen los posibles eventos adversos asociados a la administración de este medicamento.
Consideraciones previas:
Como el hierro en un elemento que se requiere en muy bajas cantidades o lo que se llama oligoelementos, las cantidades utilizadas de este sin precaución, pueden llevar a una intoxicación por el mismo, manifestándose con efectos no deseados entre los más comunes son nauseas, hipotensión, hipertensión, mal sabor en la boca y dolor de cabeza.
Antes de su primera inyección de hierro debe tener en cuenta lo siguiente:
- Haber suspendido el uso de hierro oral, tabletas, jarabes, multivitamínicos que contengan hierro, 24 horas antes de su primera inyección.
- No consumir alimentos ricos en hierro de origen animal como lo son el hígado, morcilla, o viseras, en ninguna de sus presentaciones.
- Hidratarse adecuadamente.
Durante la primera inyección:
- Vigilar estrechamente durante los primeros 30 minutos de la infusión al paciente, verificando los signos vitales.
- Informar al personal de enfermería si presenta signos de disminución espontanea de la temperatura corporal o aumento de esta, picor o malestar de la garganta, dificultad para respirar, picazón en sitio de inyección o generalizada, cambio de color en la zona de inyección del medicamento.
- Alimentarse de forma normal.
Durante el tratamiento:
- No consumir alimentos ricos en hierro de origen animal como lo son el hígado, morcilla, o viseras, en ninguna de sus presentaciones.
- No consumir café, té o bebidas ricas en cafeína, esto con el fin de mejorar la absorción del hierro.
- Aumentar el consumo de vitamina C y alimentos ricos en esta vitamina.
- Reportar a el equipo tratante cualquier síntoma o síntoma no habitual.
Al terminar el tratamiento intravenoso:
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Pasados 5 días retome su tratamiento oral, si así se lo indicó su médico.
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Retome su dieta habitual que incluye alimentos ricos en hierro.
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Reporte a su médico tratante cualquier novedad o sospecha de evento adverso
Referencias
http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-06222004000200005